HUELLAS: ARTESANÍA ANTIGUA

DE LA EXCAVACIÓN REALIZADA POR ROGELIO EN VILLAVICIOSA

La artesanía del azabache en la península ibérica ha evolucionado mucho y de muy diversas maneras a lo largo del tiempo. De hecho, el propio concepto se podría decir que resulta equívoco y reduccionista, ligado para parte del público en general a la imagen de la cigua como amuleto profundamente arraigado y a la joyería ligada a la indumentaria tradicional de diversas regiones o con fines religiosos o de luto

En la actualidad, más que de azabacheros se podría hablar de artesanos, orfebres o joyeros que trabajan con azabache como materia prima principal, o secundaria en otros casos, combinada con otros metales y piedras preciosas. En algunos casos agrupados en asociaciones tanto en Asturias como en Galicia y en otros de forma totalmente independiente adaptando el uso del material a estilos muy diversos, con líneas de trabajo ligadas en algunos casos a formas más tradicionales y otras a diseños más adaptados a los nuevos tiempos y otras desde un punto de vista más esotérico. La artesanía azabachera estuvo ligada antaño a prácticas gremiales que han dejado su huella en los callejeros de algunas ciudades. Testigo de ese pasado son por ejemplo dos talleres de azabachero identificados arqueológicamente por el arqueólogo Rogelio estrada en Villaviciosa, durante las obras de restauración de la Casa de los Hevia y en Oviedo, durante las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes .

En algunos casos, principalmente en Galicia, estos artesanos trabajan desde hace años, como antaño, en calles o ciudades de tradición azabachera donde tienen sus tiendas. En otros casos, elaboran sus productos en el taller y los venden en ferias y mercados de artesanía o monográficos de azabache.

–Taller de azabachero en Villaviciosa (Casa de los Hevia)

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–Taller azabachero en la reforma del Museo de Bellas artes de Oviedo

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Santiago puerta (este punto no lo he modificado lo he dejado tal cual estaba)

“Es una de las cuatro plazas que circundan la catedral de la ciudad de Santiago de Compostela. Está situada ante la puerta norte de la basílica, conocida como A Acibechería -La Azabachería- y el Paraíso -durante la Edad Media- entre otras denominaciones. Se trata de una pequeña plaza de origen medieval que desde principios del siglo XVIII se funde con la contigua praza da Inmaculada.

A pesar de sus cortas dimensiones y a que, a veces, se solapa bajo la denominación de praza da Inmaculada es, desde el punto de vista del peregrino, la más significativa plaza jacobea compostelana: en ella se abre la puerta por la que han entrado históricamente en la basílica los peregrinos del Camino Francés. Fue el punto de conexión con la catedral y el sepulcro de Santiago para los caminantes medievales. Desde el siglo XVI, pero sólo durante los años santos, muchos escogen también el simbólico acceso de la Puerta Santa, abierta en la praza da Quintana en esa centuria.

Debido a su función trascendental, la Azabachería fue la primera plaza urbanizada de la ciudad. Su nombre actual -se constata hacia finales del s. XVI- se debe a que en esta zona -y en la calle inmediata con la misma denominación- se concentraban los artesanos del azabache…”

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“En el lado opuesto a la plaza de la Quintana se halla la actual de la Inmaculada, antaño del Paraíso o de las Cambias y popularmente conocida como la de La Azabachería, espacio que ya se describe en el Calixtino: “Cuando nosotros, los de la nación francesa, queremos entrar en la basílica del Apóstol, lo hacemos por la puerta septentrional. Delante de la entrada, junto al camino, se halla el hospital de peregrinos pobres de Santiago, y a continuación, al otro lado de la calle, hay un atrio del que se baja por 9 peldaños”

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