DÓNDE SE LOCALIZA EL AZABACHE - Azabache

DÓNDE SE LOCALIZA EL AZABACHE

En España, los yacimientos más importantes se ubican en la costa jurásica de Asturias, que va desde Gijón hasta Ribadesella, pero es especialmente conocido por su calidad, e historia minera y artesana, el de la rasa costera conocida como Les Mariñes, entre Gijón y Villaviciosa procedente del Jurásico Superior.

El Instituto Geológico y Minero de España realizó un estudio sobre las posibilidades de los azabaches de Asturias en 1986, sesenta años después del cierre definitivo de las minas, en el que se localizaron 35 indicios comprendidos entre Gijón y Ribadesella, destacando el de Oles (Villaviciosa), por su espesor y calidad.

Localización de antiguas explotaciones abandonadas de azabache entre Gijón y Villaviciosa.

Fuente: IGME. Mapa de Rocas y Minerales Industriales de Asturias: www.info.igme.es

Asimismo, en Asturias existen también otros depósitos de material procedente del cretácico, que ya fueron enumerados de forma temprana por Guillermo Schultz a finales del siglo XIX. Igualmente, aunque por el volumen en importancia de explotación, el protagonismo histórico ha sido el de las minas mariñanas de Villaviciosa, hubo otras en explotación a lo largo de Asturias, como en Peñamellera, cerrando la última en 1887; en Somió (Gijón) se citaban minas en activo en 1884; en Piñeres (Candás); en Siero; en la costa de Lastres o en Llanes hay también algunas referencias a la existencia explotaciones mineras. Entre los indicios catalogados en los estudios realizados en 1986 por el IGME, se cita una mina en el término municipal de Cabranes, cerca de Hería en la que se indica una explotación de azabache. Prácticamente la totalidad de estas huellas mineras están ocultas por derrumbes y maleza y en parajes de uso privado. Solamente es visitable, hoy por hoy, la bocamina y escombrera que forma parte de la “Ruta oficial del azabache”, en la localidad de Oles (Villaviciosa).

Cartelería de la ruta del azabache en su punto final en una escombrar y bocamina de Oles (Villaviciosa).

Autora: Andrea Ménendez Menéndez

www.turismovillaviciosa.es/ruta-del-azabache

Otras de las minas explotadas históricamente en relación al azabache son las de la zona de Utrillas y Montalban, en Teruel. En este caso del Cretácico y por lo tanto con otras características distintas a los de la zona mariñana de Asturias, que han sido considerados tradicionalmente de calidad inferior y de menor estabilidad. Sea como fuere está ampliamente constada documentalmente su relación durante la baja Edad Media con el Camino de Santiago, desde el punto de vista comercial, y su relación con azabacheros y comerciantes de Asturias y Galicia, algunos asentados en la zona desde fechas tempranas, pudiendo rastrear apellidos tan emblemáticos como Quintueles, localidad de la zona mariñana también ligada al azabache. Existe documentación relativa a la industria azabachera en Aragón desde el siglo XV y XVI. Asimismo, al igual que desde Asturias, también se exportaron importantes cantidades de material a Inglaterra en relación con la alta demanda de materia prima ligada a la moda victoriana entre finales del siglo XIX y principios del XX.

Independientemente de su calidad y características, a nivel mundial existe constancia de su extracción y uso, o evidencias de yacimientos de lo que conocemos tradicionalmente como “azabaches”, además de otros carbones usados históricamente en múltiples lugares con fines similares. Por su importancia histórica, y reconocida calidad, destaca el de Whitby (Yorkshire, Inglaterra), del Jurásico Inferior, con algunas características distintas al peninsular. Ampliamente utilizado desde la prehistoria reciente para la fabricación de piezas de adorno personal, históricamente tuvo especial importancia en la Edad del Bronce, Época Romana y ya, de forma más reciente, por su asociación con la indumentaria ligada al luto de época victoriana del siglo XIX; momento en el que se estableció una importante red comercial con España para obtener materia prima desde donde se exportaron toneladas siendo el origen de muchas de las apreciadas piezas vendidas como “Whitby jet”, hoy objeto de coleccionismo. Al igual que en el caso peninsular también existen materiales afines, y otros carbones en general, que también han sido explotados históricamente, que son englobados en el término “jet-like”. La minería relacionada con el azabache terminó hace más de un siglo, pero como en Asturias la artesanía y joyería relacionada con este material sigue muy viva.

Afamado azabachero inglés Hal Redver-Jones durante las I Jornadas Internacionales del Azabache celebradas en Villaviciosa en 2004.

Autora y Fuente: Andrea Menéndez Menéndez.

www.academia.edu

Por su cercanía y similitud en cuanto a sus características físicas es importante citar el “azeviche” portugués, también del Jurásico Superior, como en el caso asturiano. En el país vecino, al igual que en el caso español, se localizan piezas de este material y otros afines, en contextos arqueológicos desde la prehistoria hasta la actualidad. La materia prima se ha explotado en las zonas de Batalha y Peniche. Y en el siglo XIX y principios del XX, como en el caso inglés, estuvo muy ligado a la indumentaria relacionada con el luto. La industria azabachera ligada al material portugués desapareció en el siglo XIX. También se trabajó como materia prima ligada al Camino de Santiago y se conservan importantes piezas, como la cruz procesional de Coimbra, que se ha relacionado con talleres compostelanos.

En Alemania se ha documentado el uso del material desde la prehistoria donde destacan las características piezas identificadas con Venus, del Paleolítico Superior, y también especialmente interesantes son las piezas documentadas en yacimientos de Época Romana, pero no está clara su procedencia siendo las piezas elaboras muy similares a las localizadas en tierras inglesas. Sin embargo existen referencias a mineros de azabache en el sur en los primeros años del siglo XV. También se ha constatado documentalmente la presencia de gremios que velaban por la calidad del material y los productos elaborados. Los rosarios de Gmünd fueron famosos y exportados a España, Italia o Francia. Se produjeron diversos tipos de joyas hasta que el comercio decayó y la industria desapareció en el siglo XVII.

En Francia existen depósitos principalmente en la zona sur, que se explotaron en épocas diversas, pero su calidad ha sido considerada inferior al caso inglés y asturiano. Es importante citar que no debemos confundir estos materiales con el conocido como “french jet” o “azabache francés”, que es un afamado tipo de vidrio negro, mezclado con plomo susceptible de ser trabajado a molde. Surgió, como otros materiales, como la ebonita, procedente del caucho; con el fin de conseguir unas materias primas de color negro más baratas y fáciles de producir que el azabache, que era considerado un material de lujo y por lo tanto su uso no era tan generalizado. La proliferación de estas nuevas materias primas supuso también la decadencia del sector azabachero, ya que fueron utilizadas como productos más baratos y también en ocasiones como imitaciones fraudulentas. En Francia el azabache propiamente dicho fue extraído de varias áreas, fundamentalmente del sur, donde se han identificado diversas minas. El azabache en bruto, sin trabajar, también era importado de de Asturias y Teruel. En el siglo XVIII había una industria artesana en el departamento francés de Ariège, donde varios talleres de azabache (moulins à jayet) eran explotados por energía hidráulica, pero esta decayó a principios del XIX.

Otro ejemplo destacable y con importante actividad en la actualidad, es el caso Turco. Como en España tienen material procedente tanto del Jurásico, como del Cretácico. El material es denominado allí ámbar negro y Oltu Taçi, que significa piedra Oltu, localidad de donde se extrae, un entorno rural en la provincia de Erzurum. El caso turco es muy interesante para establecer estudios comparativos con otras zonas donde la minería ha desaparecido hace un siglo, como en el caso asturiano e inglés. Aunque en retroceso se mantiene la explotación de minas de forma tradicional y de carácter estacional, como se hacía en Asturias hace un siglo. Las piezas que se ejecutan son muy variadas, pero la más característica es el afamado tasbih o masbaha, piezas para el rezo similares a los rosarios, muy apreciados en todo el país. La mayor parte de los artesanos se agrupan en el palacio restaurado del siglo XVI conocido como Taşhan, en Erzurum. Han surgido desde los años 80 diversas iniciativas para su puesta en valor y protección y son un reconocido símbolo cultural de la zona.

Castillo de Oltu y escultura homenaje a los tasbih y su afamado material local “Oltu Taçi”.

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Además de los citados son múltiples los lugares, tanto en Europa como en Asia, donde se han documentado materiales identificados como azabaches o carbones diversos que han sido usados en joyería, y con similar uso y significado, en épocas diversas como en Rusia, Ucrania, Polonia, Italia, India, China o Georgia entre otros. En zonas como el Cáucaso es conocido como “gicher” que significa “noche” y su uso tiene un fin protector similar.

En el caso del continente americano son diversos los puntos donde tradicionalmente se ha hablado de la localización de azabaches como Canadá, o en puntos diversos como Colorado, Nuevo México, Utah, Dakota del Norte con algunas minas en explotación hasta las primeras décadas del siglo XX y algunas piezas de enorme interés han sido documentadas arqueológicamente tanto de origen local, como producto del comercio con España, tras el descubrimiento de América en yacimientos de Florida, Carolina del Sur y un largo etc.

Especialmente significativo en el caso de Sudamérica es Venezuela. El denominado azabache venezolano se extrae de las profundidades del rio Orinoco, también con carácter estacional, por parte de agricultores y pescadores. Tiene características y origen diferente al asturiano, pero por herencia cultural ha sido ampliamente utilizado para elaborar las formas clásicas como la higa y otros adornos y amuletos. Fue utilizado en época precolombina, aunque desconocemos su nombre original. En Venezuela y otros lugares de América del Sur el azabache es también ampliamente utilizado como materia prima protectora contra el mal de ojo, con formas diversas hasta nuestros días, un ejemplo emblemático más de los préstamos culturales establecidos recíprocamente entre América y la Península. El comercio de productos de azabache con América desde la península supuso una válvula de escape a partir fundamentalmente del siglo XVI, cuando el Camino de Santiago entra en decadencia.

Algunos de estos materiales, como los procedentes de Turquía, Georgia o China se han introducido desde hace décadas como materia prima, en centros productores como Asturias o Inglaterra, cuya minería es inexistente desde principios del siglo XX. Asimismo otro producto que ha sido ampliamente utilizado en joyería desde finales del siglo XX es el llamado “azabache reconstituido”, es decir, polvo de azabache mezclado con polímeros, ya que la IGME en sus estudios de 1986 planteaba como medio para el aprovechamiento de los restos de las escombreras.

Referencias bibliográficas:

 

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