QUÉ ES EL AZABACHE
Esta materia prima es denominada azabache en la península ibérica, y otros términos derivados como acebache, en Asturias, acibeche en Galicia, azeviche en Portugal o atzabeja en Cataluña. En joyería es una gema de las denominadas orgánicas por su origen, que suele incluirse dentro del grupo de las piedras semipreciosas.
En la Península, el término proviene del árabe y por herencia cultural y lingüística los materiales afines localizados en contextos americanos, como por ejemplo, en el caso del conocido azabache venezolano, son denominados con la misma terminología. Sin embargo en el resto de países productores de este tipo de materias primas, la terminología deriva mayoritariamente del término latino Lapis Gagates recogido por Plinio el Viejo en el siglo I a.C. ; como es el caso de jet, jais, jayet, gagat, giaietto etc.
En algunos contextos, incluida nuestra península, se le ha denominado o denomina ámbar negro, también por herencia clásica.
La materia prima tiene sus propias características según su origen geográfico, pero es en definitiva un material de origen orgánico, carbonoso, susceptible de poder ser tallado y pulido. En lo que respecta al material identificado como azabache en Asturias, existen a su vez depósitos de diversas calidades, edad y características, al igual que ocurre en otros contextos geográficos internacionales relacionados con la producción de estos materiales.
Aunque tradicionalmente se consideró al azabache como una variedad de lignito; en el caso concreto de Oles (Villaviciosa), considerado de excelente calidad, según estudios más recientes realizados por especialistas del Instituto Nacional del Carbono (INCAR-CSIC España), se ha definido geológicamente como un carbón húmico, perhidrogenado, formado por material leñoso fosilizado en el Jurásico Superior. A grandes rasgos, según estas investigaciones sería, entre otras cuestiones, la impregnación en hidrocarburos durante sus estadios formativos lo que le confiere las características y estabilidad idóneas para ser usado en joyería y estaría en un rango distinto al de los lignitos.
Al contrario de lo que podría pensarse, la calidad del material no viene definida en exclusividad por su origen geográfico, y en Oles, como en el resto de contextos internacionales, con material de buena calidad, como en el caso inglés, también existe material de calidad regular y mala; puesto que no son depósitos uniformes y a menudo el material recogido presenta escasa estabilidad, degradación o impurezas, para lo que se requiere de una correcta selección y limpieza antes de su talla. En Asturias, al igual que en otros centros productores, también se localizan otros depósitos de origen cretácico que han sido explotados históricamente con fines similares.
Bocamina, punto final de la ruta del azabache | Azabache de escombrera
Vetas en los acantilados | Fragmento de azabache de acantilado
Autora y Fuente: Andrea Menéndez Menéndez
Las especies vegetales de las que proceden los azabaches de Asturias del Jurásico Superior, han sido una incógnita hasta hace pocos años, cuando diversos estudios realizados desde la Universidad de Oviedo por parte del Grupo de investigación sobre el azabache “Leño Fósil”, ya desaparecido, establecieron el origen gracias al análisis conjunto de azabaches de buena y mala calidad, de origen tanto nacional como internacional; y madera petrificada correspondientes a la misma estructura vegetal. Se llegó a la conclusión de que el azabache de Asturias se correspondería con tres géneros diferentes Agathoxylon (Araucariáceas fósiles), Brachyoxylon y Protobrachyoxylon
(ambas Protopináceas). Los depósitos se presentan habitualmente dentro de una alternancia de areniscas, limolitas y lulitas.
Desde la prehistoria, tanto el material identificado como azabache, como otros carbones o materiales afines, han sido ampliamente utilizados dentro y fuera de la península Ibérica, como materia prima para la elaboración de objetos de adorno personal y amuletos, que han sido englobadas tradicionalmente en las denominadas “piedras negras”, con origen y características diversas, pero a las que se les confería similar uso y significado, que no siempre ha llegado hasta nosotros. No en vano eran utilizadas desde fechas tempranas en un mismo conjunto ornamental materiales de calidades o naturaleza diversas, pero en definitiva similares desde un punto de vista macroscópico. En estudios de tipo arqueológico estas materias primas, aunque a veces de naturaleza heterogénea, suelen englobarse también en terminologías variadas como por ejemplo “maderas fósiles”, “lignitos”, “azabaches”, “carbones” para el caso español, o “jet”, “jet-like” para el caso inglés.
Algunos ejemplos de piezas recuperadas en yacimientos arqueológicos de cronología diversa de la península ibérica e higa contemporánea.
Autora y Fuente: Andrea Menéndez Menéndez
Aunque científicamente se pueden establecer amplias diferencias formales respecto a su naturaleza entre unos materiales u otros, lo cual podría ser de enorme interés para Asturias en el panorama comercial actual, en el caso de plantear una protección geográfica o denominación de origen, difícil por el momento sin una fuente oficial de abastecimiento de materia prima; es necesario remarcar que desde un punto de vista cultural y patrimonial es muy relevante que todas estas materias primas afines han sido explotadas con similar uso y significado y comparten, fruto de intensos intercambios comerciales y culturales, una serie de vínculos que no deben perderse ni desdeñarse.
El azabache no es solo un producto artesanal tradicional, es también patrimonio cultural, aglutinador de historias, de tradiciones, de creencias y de una memoria colectiva milenaria internacional, en torno a su explotación, uso o significado, que trasciende más allá de los propios centros productores, que comparten un sinfín de paralelos, tradiciones, usos y costumbres, creando una red cultural a menudo intangible pero real, así como una identidad colectiva, aún muy viva.
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